Los Caparros, también conocidos como Frente Virgilio Peralta Arenas o Los Caparrapos, es un grupo criminal heredero del paramilitarismo que mantiene una activa participación en el negocio del narcotráfico en los departamentos de Antioquia y Córdoba, en Colombia, reseñó InSight Crime.
Considerados en el pasado como una subestructura de Los Urabeños, este grupo criminal inicia una disputa armada contra sus antiguos socios por el control de las rentas criminales provenientes del narcotráfico y la minería ilegal de oro en el noroccidente del país.
Luego de la desmovilización de los Frentes 18 y 36 de las antiguas FARC, los Caparros pasaron a convertirse en un poderoso grupo criminal con presencia en el Bajo Cauca antioqueño —especialmente en los municipios de Tarazá, Cáceres, Caucasia y El Bagre— y el sur de Córdoba —en los municipios de San José de Uré, Montelíbano y Pueblo Nuevo— en donde han desarrollado alianzas estratégicas con elementos de las ex-FARC mafia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En junio de 2021, el gobierno colombiano declaró que Los Caparros habían sido completamente desmantelados, pero este dictamen podría ser demasiado optimista, dado el historial de reciclaje criminal del país.
Historia
Respecto a sus origenes existen dos versiones; la primera señala que Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias “Macaco”, líder del Bloque Central Bolívar (BCB), contrató en 1996 un grupo de personas vinculadas al paramilitarismo en el municipio de Caparrapí, departamento de Cundinamarca, para crear a Los Caparros; sin embargo, una segunda versión se deriva de una entrevista realizada por El Colombiano a alias “40”, uno de los mandos de los Caparros, en la que este afirma que este grupo es una facción heredera del Bloque Mineros de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia – AUC.
Producto de la expansión paramilitar a mediados de los 2000, “Macaco” y “Cuco Vanoy”, líder del Bloque Mineros de las AUC, quienes se disputaban territorios estratégicos como Segovia, Zaragoza, Tarazá y El Bagre en el nordeste y Bajo Cauca antioqueños; San José de Uré en Córdoba, y Simití en el sur de Bolívar. Dentro de las filas del Bloque Mineros se encontraba Virgilio Peralta Arenas, alias “Víctor Caparrapo”, oriundo de Caparrapí y hombre de confianza de Cuco Vanoy. Tiempo después, cuando llegó la desmovilización de las AUC, surgieron algunos grupos residuales, entre ellos Los Caparros, conformados principalmente por integrantes del antiguo Bloque Mineros.
Pero esto no duraría mucho debido a que hacia 2009 Los Caparros se unieron a Los Urabeños, un grupo recién creado que también había logrado una alianza con Los Paisas. Asímismo, se habría logrado un acuerdo tácito con las FARC, fundamentado en la delimitación geográfica que les permitiría a todos los actores criminales acceso a los diversos corredores de tráfico de armas, insumos químicos, cocaína y metales preciosos.
Con presencia en Tarazá y Cáceres, Los Caparros se convirtieron en uno de los frentes de Los Urabeños, aunque mantuvieron autonomía territorial y criminal. Como lo documentó la Defensoría del Pueblo en uno de sus informes de riesgo, en estos territorios el nuevo “frente” de Los Urabeños mantuvo el control de las extorsiones, la minería ilegal y la producción de cocaína.
Sin embargo, con el comienzo de la desmovilización de la guerrilla de las FARC en 2016 y los constantes golpes proporcionados a Los Urabeños, en el contexto de las operaciones Agamenón I y II, el escenario criminal del Bajo Cauca y el sur de Córdoba volvió a transformarse, lo que les dio la posibilidad a Los Caparros de expandirse a las zonas dejadas por los Frentes 18 y 36 de las extintas FARC.
Los Caparros se alejaron paulatinamente de Los Urabeños y empezaron una disputa por el control territorial desde principios de 2017. Desde finales de 2016, Los Urabeños habían intentado expandirse desde el occidente hacia el oriente de Antioquia, especialmente en Ituango, y luego en Valdivia y Yarumal; para eso reclutaron jóvenes de Medellín, impusieron restricciones de movilidad y distribuyeron panfletos en la región.
A la par se generaron enfrentamientos en Cáceres y Tarazá (Antioquia), cuando el Frente Julio César Vargas de Los Urabeños buscó tener pleno control del procesamiento del clorhidrato de cocaína y las rutas de comercialización en los lugares antes asignados a Los Caparros y Los Paisas, y así imponer nuevas condiciones. Por su parte, Los Caparros buscaron venderle la franquicia del procesamiento a un integrante de la Oficina de Envigado, lo que hizo evidente la disolución de las anteriores alianzas.
En el desarrollo del conflicto en contra de Los Urabeños, Los Caparros han establecido alianzas con grupos como Los Paisas, con la intención de hacerle contrapeso a las acciones de Los Urabeños en las zonas rurales de Cáceres y Caucasia en Antioquia, y en Tarazá y San José de Uré en Córdoba.
Asímismo, para principios de 2018, ya era evidente la alianza establecida con elementos de la ex-FARC Mafia del Frente 18, en municipios como Puerto Libertador, departamento de Córdoba. Situación similar ocurrió con la disidencia liderada por Ricardo Abel Ayala, alias “Cabuyo”, líder de la disidencia del Frente 36, con quien establecieron la regulación del precio y la compra de la base de coca en los municipios de Briceño y Valdivia.
Para avanzar en su fortalecimiento subregional en el Bajo Cauca, desde finales de 2018 Los Caparros también lograron establecer una alianza temporal con la guerrilla del ELN, por lo cual las comunidades los vieron en actuaciones militares conjuntas.
Así, mediante alianzas criminales, tráfico de cocaína y extorsiones, Los Caparros experimentaron un crecimiento exponencial entre 2017 y 2018, alcanzando una cifra aproximada de 450 hombres; sin embargo, en 2019 el grupo sufrió varios golpes en su estructura , incluidas capturas y bajas, y por ende hoy la cifra de integrantes en sus filas oscila entre los 200 y 250 hombres.
Actividades Criminales
Los Caparros están involucrados en todas las etapas del narcotráfico en los departamentos de Córdoba y Antioquia, en la subregión del Urabá: controlan la siembra de hoja de coca, su transformación en cocaína y el posterior envío de la droga a mercados internacionales. Según datos de la Fuerza Pública, este grupo obtiene lucros de aproximadamente 12.000 hectáreas de coca.
Parte de su expansión se debe a la intención de controlar el Nudo de Paramillo, ubicado en la cordillera Central de los Andes, anteriormente controlado por las FARC. Hoy el Nudo de Paramillo es considerado como el principal corredor de cocaína que conecta el Bajo Cauca y las salidas marítimas en el norte del país.
El grupo también estaría involucrado en la minería ilegal, una de las razones por las que se disputa municipios como Caucasia y El Bagre, con una larga tradición minera. En el último año, en el Bajo Cauca aumentaron de manera relevante las actividades de minería ilegal que estarían siendo disputadas por Los Urabeños y Los Caparros.
Liderazgo y Estructura
José Horacio Abello, alias “Seis-Siete”, era el máximo responsable de Los Caparros hasta su captura en marzo de 2017, por lo que fue sustituido por Emiliano Alcides Osorio Maceas, alias “Pilatos” o “Caín”, por el cual se ofrecían hasta 500 millones de pesos (US$137.000) por su captura. Cain fue abatido por la Fuerza Pública en en el municipio de Tarazá, Antioquia, en noviembre del 2020, lo que dejó a Robinson Gil Tapias, alias “Flechas”, como el nuevo cabecilla del grupo.
No obstante, el liderazgo de Flechas no duró mucho tiempo ya que, en mayo del 2021, las autoridades colombianas anunciaron que había muerto producto de un operativo de la fuerza pública en el corregimiento de Piamonte, municipio de Cáceres en Antioquia.
Los Caparros están divididos en tres Frentes: El Frente Elmer Ordoñez Beltrán; el Frente Carlos Mario Tabares, que fue comandado por “Flechas”, y el Frente Norberto Olivares, liderado por Jhon Freddy Miranda, alias el “Evangélico”.
Otros integrantes de Los Caparros serían alias “El Negro Romaña”, tercero al mando y encargado de las extorsiones, y alias “La Paisa”, encargada de la logística y el microtráfico.
Geografía
Desde sus inicios, Los Caparros han ejercido influencia en la zona del Bajo Cauca antioqueño. Actualmente tienen presencia en los municipios de Cáceres, Tarazá y Caucasia en el departamento de Antioquía, y con la salida de las FARC y las alianzas criminales, han extendido su influencia en luegares como Yarumales, Valdivia, Briceño, El Bagre, Nechí en el Norte de Antioquia y Puerto Libertador y San José de Uré, al sur de Córdoba.
Aliados y Enemigos
En la actualidad, Los Caparros estarían asociados con Los Paisas. Esta alianza tendría como principal objetivo el control del corredor de movilidad que une el centro del país con las costas de Córdoba, Sucre y el Golfo de Urabá. También tendrían alianzas con las ex-FARC mafia de los Frentes 18 y 36, así como con los Frentes Héroes y Mártires del Tarazá del ELN.
Otra alianza que ha sido muy beneficiosa para Los Caparros ha sido la que mantienen con emisarios mexicanos. Diferentes alertas tempranas e investigaciones en el Bajo Cauca han revelado que varios carteles mexicanos han llegado a esta región con el fin de coordinar y garantizar la calidad de su producción de cocaína; para esto, han establecido alianzas con múltiples grupos criminales, entre ellos Los Caparros, quienes presuntamente tendrían conexiones de tráfico de drogas con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Por otro lado, los principales enemigos de Los Caparros son Los Urabeños: el Frente Julio César Vargas, contra el que combaten en la zona rural del municipio de Cáceres; el Frente Francisco Morelos Peñate, con quien se disputan el control del territorio del municipio de Caucasia. En el norte del municipio de Tarazá, Los Caparros luchan contra el Frente Rubén Darío Ávila de Los Urabeños; y en octubre del 2019, una alerta temprana identificó la aparición de un nuevo frente de Los Urabeños llamado Frente Bajo Sinú, creado para impedir el avance de Los Caparros en el sur de Córdoba.
Siga leyendo en InSight Crime
+ There are no comments
Add yours