Una cartera de préstamos efectuados a otro venezolano, por los ahora fugitivos hermanos José y Chamel Gaspard, entre al menos los años 2015 y 2017, han sacado a flote incómodas realidades que dejaron expuesta la naturaleza oculta de los negocios de los Gaspard.
Mientras los Gaspard se negaban a terminar de pagar una deuda de casi $600 mil con IPG, una proveedora de equipos de computación Lenovo, que los hermanos fugitivos revendieron con sobreprecio a la petrolera venezolana Pdvsa, sus inversiones prosperaban en Panamá y EE.UU.
Fue así que al mismo tiempo que edificaban su centro comercial Las Anclas Mall en Panamá, los Gaspard fungían como prestamistas de millones de dólares, destinados a compras, construcción y remodelación de viviendas en Florida.
No obstante, ese “inocente” negocio en EE.UU., terminó revelando no solo el modus operandi de los Gaspard, sino su conexión con figuras ligadas a la vieja política en Venezuela y con una organización trasnacional implicada, entre otras actividades, en fraudes inmobiliarios.
+ There are no comments
Add yours