Incomoda en Marruecos la relación del campeón de artes marciales Abu Bakr Azaitar con el rey Mohamed VI

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“Abu Azaitar continúa con sus provocaciones al pueblo marroquí”. Así titulaba,
la semana pasada, el diario digital marroquí ‘Barlamane’ su diatriba contra el
amigo íntimo del rey Mohamed VI. ‘Barlamane’ pertenece a un pequeño grupo de
prensa que dirige Mohamed Khabachi, que fue, entre otras cosas, director de
comunicación del Ministerio del Interior marroquí y de la agencia de prensa
oficial (MAP), reseñó Ignacio Cembrero en Vanitatis,
El Confidencial.

La crónica de ‘Barlamane’, que se añade a otras cuantas publicadas
recientemente en diversos medios afines a las autoridades de Rabat, es la
demostración de que los servicios de seguridad, policiales y secretos de
Marruecos quieren acabar con Abu Bakr Azaitar, de 35 años, que el 20 abril de
2018 se convirtió de sopetón en el gran amigo del monarca alauí.
Un mes y dos días después de que la revista ‘¡Hola!’ anunciara en exclusiva el
divorcio de Mohamed VI de la princesa Lalla Salma, Abu Bakr y sus dos
hermanos, Ottman y Omar, fueron recibidos en el Palacio Real de Rabat por el
monarca. Quería felicitar a Ottman por su victoria en el Brave Combat
Federation y a Abu Bakr por su incorporación al Ultimate Fighting
Championship, la liga más importante de la modalidad de artes marciales que
practica (MMA).

 

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Desde entonces, el dúo de deportistas y su hermano Omar, que actúa como
mánager al tiempo que se dedica a la restauración, se han convertido en
inseparables del soberano alauí. Al principio, en la primavera y el verano de
2018, afloraron en las redes sociales un buen puñado de fotos de Mohamed VI
con sus nuevos amigos, sobre todo con Abu Bakr. Se les vio juntos cenando en
Tánger, a bordo de un yate o recorriendo la ciudad en coche. Otras
informaciones señalaron que el rey y el trío se fueron todos de vacaciones a
las Seychelles o navegaron por el Mediterráneo a bordo del yate que les prestó
el emir de Catar. Ahora su presencia se ha hecho más discreta, pero siguen
manteniendo una estrecha relación con el monarca.
Los tres poseen la nacionalidad alemana aunque son de origen marroquí.
Nacieron y se criaron en Colonia, pero desde hace ya más de tres años viven en
Marruecos. Su vida en el reino alauí está plagada de incidentes, de escándalos
públicos, de una desenfrenada exhibición de lujo y privilegios. Perjudican a
la buena reputación de la monarquía.
Por eso, el aparato de seguridad ha decidido acabar con ellos. Como en los
tiempos que corren no se les puede asesinar, como hizo el rey Hassan II en
1983 con el general Ahmed Dlimi, del que sospechaba que conspiraba contra él,
se trata de desprestigiarles. Quizás así el rey se deje convencer y se separe
de ellos.
Los servicios secretos marroquíes son eficaces. Prueba de ello es que, en
abril, no tardaron en enterarse de que Brahim Ghali, el líder del Frente
Polisario, con el que Marruecos está en guerra, había sido ingresado, bajo
otro nombre, en el hospital San Pedro de Logroño. Filtraron la información a
los diarios amigos y, a continuación, la diplomacia marroquí empezó a
protestar por la “deslealtad” de España. Rabat acentuó la crisis con su vecino
español.
El primero en abrir fuego contra los Azaitar fue, el 1 de mayo, el diario
‘Hespress’, el más leído de Marruecos, con un artículo de 3.400 palabras
publicado en francés y en árabe. Empezó por recordar los antecedentes penales
en Alemania de dos de los hermanos. Repasó después su afición por los coches
de lujo con los que circulan, desde un Mercedes Brabus 800, valorado en
200.000 euros, hasta un Rolls-Royce, cuyo precio rebasa el medio millón.
Tras ese pistoletazo periodístico de salida, otros diarios desenfundaron para
disparar a su vez. El digital ‘Barlamane’ acusa prácticamente a Omar Azaitar
de traición por abrir en la Costa del Sol un restaurante, franquicia de una
cadena alemana, “en plena crisis con España”. El hermano que se dedica a los
negocios ya inauguró por todo lo alto en Tánger, en julio de 2019, una
hamburguesería de la cadena 3H’S. A los pocos días, el rey envió a su hijo, el
príncipe Hassan, a que almorzara allí para ayudarle a promocionarla.
“Ottman Azaitar siembra el terror en Rabat”, tituló el 21 de mayo ‘Atlasinfo’,
un diario digital propiedad de otro exresponsable de la agencia oficial MAP.
Dedica una larga crónica a contar cómo este otro miembro de la fratría se
quiso saltar la cola en la cafetería Starbucks de la estación central de Rabat
en la que entró sin mascarilla. Cuando el camarero se negó a atenderle dio un
puñetazo encima de la mesa y cuando un policía le pidió su carnet de identidad
respondió con una risotada amenazándole con llamar a sus jefes.
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