Por Patriota Cooperante El Centinela | Opinión
La corrupción y el narcotráfico son dos de los males que azotan a nuestra
sociedad y que deben ser combatidos con firmeza y transparencia por las
autoridades competentes. Sin embargo, cuando esas mismas autoridades son las
que se prestan para cometer actos ilícitos y abusar de su poder, estamos ante
una situación de grave deterioro institucional y moral que pone en riesgo la
democracia y el estado de derecho.
Es el caso del fiscal interino de drogas en el estado Anzoátegui, Leomar
Alexander Arzolay Ramos, quien está involucrado en el reparto de 220 kilos de
cocaína, que fueron decomisados en un procedimiento del Departamento de
Investigaciones Penales (DIP).
50 kilos de esa droga serían para el fiscal Arzolay, quien además estaría
utilizando esa misma sustancia para extorsionar a empresarios y comerciantes
inocentes, sembrándoles la droga y exigiéndoles altas sumas de dinero para no
implicarlos en casos de narcotráfico.
Resulta inaudito que una persona de cuestionado talante moral como Arzolay,
quien se graduó en una universidad muy poco reconocida en Venezuela, quien era
anteriormente policía del estado Anzoátegui, desempeñándose en un entorno con
unos vicios y unas relaciones cuestionables, y quien tuvo que ser demandado por su expareja para el pago de obligación de manutención, sea el encargado de
ejercer como fiscal en un área tan sensible y delicada como la de drogas.
No puede ser que con ese tipo de personajes cuente el Ministerio Público
venezolano para cumplir con su función de garantizar la legalidad y la
persecución del delito. Actos como los de Arzolay son una burla al pueblo
venezolano y a la justicia.
Por eso, exigimos al fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab que
investigue a fondo esta denuncia y que tome las medidas pertinentes para
sancionar al fiscal Arzolay y a todos los involucrados en esta
narcovagabundería que mancha el nombre del Ministerio Público y del estado
Anzoátegui.
No podemos permitir que la impunidad se imponga y que los corruptos y los
narcos sigan haciendo de las suyas con total descaro. Es hora de ponerle un
freno a esta situación y de recuperar la confianza en nuestras instituciones.
El pueblo venezolano se lo merece.

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